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FOTOPROTECCIÓN
12-May-2014
¿Sabías que la Fotoprotección es la forma más inteligente de mantener una piel saludable en verano?
Todos sabemos que tomar el sol es una inyección de energía y beneficios, pero si no se toman las debidas precauciones se puede convertir en un peligro potencial que puede desembocar en terribles consecuencias para nuestra piel, como quemaduras, dermatitis, e incluso cáncer cutáneo.
Por ello, la Fotoprotección tópica es la mejor forma de tomar el sol de forma inteligente.
Los fotoprotectores tópicos contienen sustancias químicas y/o físicas, denominadas filtros, capaces de absorber o reflejar las radiaciones solares. Estos actúan frente a las radiaciones ultravioleta: UVA, UVB e Infrarrojo, pero presentan diferente eficacia según el factor de protección solar (FPS) que tengan. Los hay en crema, en emulsión, spray, en stick o barra, etc...
El FPS nos indica el tiempo que la piel puede exponerse al sol sin quemarse... siendo lo más recomendable un FPS, como mínimo de 30. Los pacientes de riesgo, como con alergia solar, fototipos claros, antecedentes de cáncer de piel, etc, SIEMPRE deben usar un FPS mayor o igual de 50.
En los niños, la fotoprotección debe ser todavía más estricta, ya que las quemaduras solares en la infancia, son las que más predisponen al cáncer de piel. Por ello, SIEMPRE deben utilizarse fotoprotectores con FPS mayor o igual de 50, y preferentemente pediátricos. En los niños menores de 1 año, el fotoprotector debe estar especialmente diseñado para esta edad, ya que debe contener solo filtros físicos, y no químicos, en su composición ("son los más untuosos y que dejan la carita blanca").
Es importante que el fotoprotector que elijamos, sea resistente al agua. En general, debe ser aplicado unos 30 minutos antes de la exposición solar, debe repetirse cada 2-3 horas, y evidentemente después de baños de más de 20 minutos.
Por otra parte, debemos usar prendas físicas que nos protejan del sol, especialmente si vamos a pasear, hacer deporte, e incluso sentados en una terraza. No debemos olvidar las gafas de sol, una gorra o sombrero y por supuesto, ropa adecuada.
Debemos extremar todos estos cuidados, sobre todo en las primeras exposiciones al aire libre, ya sea en la playa, montaña o el campo. Y por supuesto, debemos evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Como norma, el sol de mayor riesgo es el de las 12.00 de la mañana a las 17.00 de la tarde.
Además de la radiación, debemos tener en cuenta que una temperatura ambiental elevada puede llevarnos a una deshidratación si no ponemos las medidas apropiadas. Es importante ingerir mayor cantidad de líquidos, en primavera y verano, preferentemente agua y zumos de frutas naturales. Especial cuidado debemos tener, con los niños y las personas mayores, ya que se deshidratan con mayor facilidad y podría derivar en serios problemas de salud.
Después de una jornada al aire libre no debemos olvidar al llegar a casa, la aplicación de una crema hidratante-calmante tipo "after sun", tras la ducha. Así hidrataremos la piel y favoreceremos su temprana regeneración después de la "agresión" solar.